jueves, 29 de enero de 2009


¿Qué es un corrector?


La tarea del Corrector Literario consiste en analizar textos de todo tipo (publicitarios, periodísticos, científicos, jurídicos, literarios), señalar errores gramaticales o de estilo, comunicarle al autor acerca de los mismos y ofrecerle las razones de las elecciones inadecuadas, y sugerencias de cómo corregirlas.

Por lo ante dicho, el corrector trabaja siempre junto al autor, su misión es la de aportar sus conocimientos para que su obra esté impecable y que todos puedan comprenderla, en este sentido me refiero a que es muy usual que lo que uno haya escrito y le es propio lo entienda, pero a veces las omisiones o los sobreentendidos funcionan para el autor y no para sus lectores, quienes no pueden acceder al sentido completo de lo leído, y se pierden descifrando, adivinando, o advirtiendo que algo en el texto no está claro.

El modo de expresarse implica toda una concepción del mundo, como dice Abelardo Castillo: “Toda sintaxis es una concepción del mundo”, por lo tanto para poder corregir, el corrector debe entrar en ese universo lingüístico que no le es propio.

Muchas veces los escritores, tanto los principiantes como los grandes, requieren de otra mirada en la que confían, es por eso que es indispensable establecer un vínculo solidario y amistoso. Es un trabajo enriquecedor, pues ambos obtienen lo mejor de sí mismos.

En el vertiginoso proceso de creación, el escritor no se detiene tanto en la forma, aunque los problemas de “forma y fondo”, están intrínsecamente unidos, pero generalmente los errores más frecuentes —para los principiantes— son de ortografía, puntuación; sintaxis y semántica (solecismos, silepsis, anacoluto, anantapódoton, zeugma, pleonasmo, anfibiología, cacofonía, tics personales)

Todo dependerá de su propio estilo también, no olvidemos que algunos autores “se rebelan” contra las reglas de puntuación, por ejemplo, porque su intención requiere que así lo sea, y si no simplemente echemos un vistazo al cuento de “La Señorita Cora” de Julio Cortázar o a la novela Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, y otros tantos más. La puntuación en esos casos es parte de los recursos para lograr el efecto deseado por el autor y que tiene una importante repercusión en la trama.

En síntesis, será necesario tener en cuenta para la corrección la coherencia y cohesión de los textos.

Si de un texto poético se trata podremos revisar algunos recursos estilísticos, —según el estilo del poeta— hipérbole, prosopopeya, antítesis, ironía, gradación, comparación, aliteración, paronomasia, asíndeton, polisíndeton, anáfora, hipérbaton, metonimia, etc.

En cuanto al cuento o novela, revisaremos los principios básicos de sus estructuras, más allá por supuesto del aspecto ortográfico, sintáctico y semántico.